Durante años, hemos anhelado una fórmula que nos permita equilibrar la vida laboral con la familiar de manera más efectiva. Como psicóloga, consultora y madre de dos niños, he experimentado de primera mano la angustia que se siente al dejar a nuestros hijos tan pequeños al cuidado de otros después de los periodos de licencia maternal. Este dilema se ha convertido en un tema recurrente en mi mente al considerar la implementación de una Ley de Conciliación Vida Laboral en nuestro país.
Desde el punto de vista personal, siento una mezcla de alegría y aprehensión. Como mamá trabajadora y también como hija de una madre que requiere cuidados, comprendo la importancia de tener políticas que permitan a las familias armonizar sus responsabilidades laborales y familiares. Sin embargo, desde mi perspectiva profesional, surge la preocupación sobre si acceder a estos beneficios podría afectar de alguna manera el desempeño laboral y los resultados esperados por la empresa.
Es comprensible que estos pensamientos puedan parecer contradictorios. Sin embargo, creo firmemente que es necesario analizar estos aspectos con mente abierta, valentía y responsabilidad.
No podemos permitir que el miedo nos paralice. Es crucial aprovechar esta iniciativa y utilizarla de manera consciente, asegurándonos de que sea un beneficio para todas las partes involucradas, tanto para los trabajadores como para las empresas.
Es fundamental que los equipos encargados de la gestión de personas se mantengan actualizados y disponibles para orientar a los líderes y colaboradores en este camino de cambios.
- ¿Cómo están avanzando en sus empresas con la implementación de estas políticas?
- ¿Cuál ha sido la recepción por parte de los colaboradores?
Invito a todos a compartir sus experiencias y reflexiones, ya que juntos podemos construir un entorno laboral más equilibrado y humano.
Francisca Jamett
Senior Consultant & Founder en Nomade Consulting